Nueva Era encontró en este hombre de 37 años una
persona sensible que aún recuerda con felicidad las guitarreadas
escolares en las que Sui Géneris y Spinetta eran
los autores preferidos y sabe por experiencia, que hay una edad
justa para tocar blues: la edad de la madurez, la de disfrutar
las cosas sencillas y profundas.
-¿Estás dedicado a la enseñanza?
No me dedico a full como en años anteriores, estoy dividiendo
mis tareas entre los alumnos, los libros que edito, la revista
"Músicos" y mi grupo, que lleva la mayor cantidad de tiempo.
-¿Fuiste un innovador en la edición de libros de enseñanza
de método para guitarra?
Lo que fue novedoso, que en la Argentina no existía,
fue la forma de hacerlo, de editar libro y cassette. Fue la experiencia
que tuve como profesor, la forma de enseñar era un poco "amateur",
se pasaban frases, yeites en forma completamente teórica, usado
comunmente para jazz. Pensé que también se podía hacer para el
rock y comencé a buscar respuestas para las preguntas que nos
hacíamos con los alumnos. Así surgió una metodología que hoy es
común.
-¿La experiencia sobre el escenario es importante?
Es muy importante. Se puede enseñar cualquier tipo de
instrumento pero hasta que el chico no suba al escenario y tenga
su propia experiencia, creo que sólo tiene el 50%. El momento
de tocar en público es fundamental, ahí te das cuenta que te olvidaste
de todo lo que podés haber aprendido y comienza a primar la experiencia,
que es imposible enseñarla en una clase de música.
-¿Cómo es el nivel de músicos en la Argentina?
Los músicos que vienen de afuera se maravillan del nivel
que hay acá y lo hacen doblemente cuando se enteran cómo una persona
llega a tocar de esa manera. Porque en nuestro país hay que sortear
un montón de cosas para llegar, no se tiene posibilidad ni oportunidad.
En Estados Unidos se puede decir que están más abiertos a encontrarse
con un chico que quiere ser músico. Acá, además de músico, hay
que hacer otra cosa para vivir, y a pesar de todo hay músicos
importantes.
-¿El rock va camino a convertirse en un género más
importante?
No veo un adelanto importante en ese aspecto, creo que
siempre es igual. Hay muchas dificultades para tocar y difundir
lo que uno hace. Tal vez sea más fácil conseguir un buen equipamiento
o encontrar exactamente el estilo que a uno le gusta, pero las
dificultades son las mismas de siempre. El aparato de difusión
está muy dirigido, es un aparato que supera la creatividad. Grabar
y difundir tu música significa para los grandes empresarios ser
un buen negocio y no permite llegar a mucha gente. Y después existe
el problema del marketing que encasilla los estilos en una forma
determinada de vestir o de tocar. Lo bueno es que se le permita
llegar a la música.
-¿Qué opinas de los distintos estilos que dividen
la música rock?
Todo surge como consecuencia de algo. El punk nació para
oponerse a la música tecnificada y comenzaron a tocar realmente
mal y feo y hoy existe el grunge, que es un refinamiento de aquello,
pero no existe una división tan definida verticalmente.
-¿Hay un movimiento duro como respuesta a una sociedad
represiva?
No creo que exista en nuestro país. Esa música un poco
fea y violenta yo no creo que la hagan acá. Tal vez cuando los
chicos comienzan y no tienen muchos medios para hacer otra cosa.
A medida que van aprendiendo quieren hacer todo lo que saben y
puedo decir que son un poco más tradicionales. Esto se puede observar
en lo que se difunde. No existen los grupos de música inentendible
y violenta. Hay un movimiento tal vez un poco más duro como 2
Minutos, que tapa el bache que dejó Attaque 77 o La
Renga, pero en definitiva solamante es rock & roll.
-¿Por qué no surgen en Buenos Aires grupos importantes?
No sé, parece que fuera la crisis de fin de siglo. En
la revista buscábamos el grupo revelación de este año y no lo
encontramos. Hay una crisis de creatividad.
-¿Sigue el auge del blues que existió el año pasado
después de la venida de B.B. King?
Yo no creo que haya existido. Después de todo aquel boom,
sólo se editaron tres o cuatro discos nuevos de blues y los grupos
que lo hacen son siempre los mismos. No ha surgido de esto un
movimiento importante. Si bien B.B. King tuvo una repercusión
importante en sus presentaciones, no fue lo que se esperaba y
creo que es por el tipo de música. Los chicos que empiezan a tocar
quieren poner todo lo que saben en la guitarra y surgen melodías
difíciles, llenas de tonos y complicadas, y el blues es todo lo
contrario. Creo que hay que tener cierta madurez para poder gozar
de esta música y experiencia, porque es simple, sentida y bonita.
Cuando se la tiene, entonces se puede poner a tocar simplemente
y disfrutar de un buen blues.
Nueva Era
Diario Regional - Tandil
Sábado 26 de noviembre de 1994 |